Alicia Alonso precisa detalles en el Ballet Nacional de Cuba

La Habana, Cuba. – Ataviada de rojo y blanco, Alicia Alonso llega una vez más al salón azul del inmueble que acoge la sede del Ballet Nacional de Cuba.

Junto a ella, Pedro Simón, su irremplazable compañero. Y las maestras que alistan el montaje de Cascanueces, ese clásico que cumple 125 años de su estreno.

Con su puesta en escena en la sala García Lorca  se festejará la Gala del Primero de Enero por el aniversario 58 del triunfo de la Revolución.

Alicia, personalmente, quiere estar al tanto de cada detalle del ensayo. Los bailarines se alistan en sus posiciones. Resuena la conocida música de Chaikovsky. Alicia sigue el compás, con la cabeza, las manos, los pies. Repasan una de las escenas y llega un descanso.

Los muchachos se reúnen en torno a la maestra.

Mucho corazón al bailar

¿Saben cómo se hace un artista? pregunta Alicia Alonso a los más jóvenes bailarines del Ballet Nacional de Cuba que ensayan Cascanueces para su puesta en escena en enero.

Y los aconseja: se nace con cualidades, pero hay que sacarles partido, desarrollarlas, darles sentido de la personalidad propia.

Se lleva la mano al corazón, y luego a la cabeza. No puede faltarles jamás; recuerden que quien domina la escena no es el coreógrafo, ni la música, sino el artista, recomienda la legendaria bailarina, a punto de celebrar su cumpleaños 96.

Me ha gustado lo hecho, les mando un beso, comenta Alicia Alonso tras el ensayo.

La Gala por el triunfo de la Revolución la emociona. A nuestro líder revolucionario yo lo recuerdo mucho, mucho, dice con voz queda pero se repone y exclama: digo con felicidad que estamos aquí, con Fidel.