Quiso el Creador construir un paraíso en la tierra, y escogió para su plan una isla larga, estrecha, en el Mar de las Antillas, en el área caribeña, con sol bueno, mar de espuma, arena fina y palmeras.

No puso en ella volcanes, ni depredadoras fieras, ni alimañas venenosas, ni criaturas gigantescas, ni violentos terremotos, ni arrasadoras galernas. Satisfecho de su obra y admirando su belleza, se dijo maravillado el demiurgo con sorpresa: “Es la tierra más hermosa que ojos humanos vieran”.

Y al mismo tiempo pensó que en justicia no debiera, para que no la envidiaran, crear obra tan perfecta.

Y la dejó como estaba, geográficamente bella, pero le agregó unas manchas sobre su naturaleza. ¿Y sabe lo que le puso? ¿Qué cree usted que le pusiera?