¡Qué seductora es la piel limpia, sana, saludable; sin manchas ni cicatrices, quemaduras ni tatuajes!

A veces, por accidentes o algunas enfermedades, la piel padece lesiones de apariencia indeseable, más en casos como esos el daño es justificable y el amor admite el daño que no ha podido evitarse.

Pero aquel cuya autoestima lo lleva a pintarrajearse y cree que sus garabatos son una obra de arte, y piensa que son poemas los peomas execrables que en cualquier parte del cuerpo ha conseguido estamparse con horrores ortográficos y trazos abominables, y piensa que de ese modo se vuelve más deseable, ¿qué responderá a sus nietos si llegan a preguntarle qué son esos pintarrajos que en las arrugas le salen y son preludios malignos de las escaras y el cáncer?…

Etiquetas: -