Caricatura de Alfredo Martirena sobre peligro de huecos en las aceras.

Vienen de Aguas de La Habana, cavan un foso en la calle y reparan el problema de las aguas albañales, pero el hueco queda abierto como vergüenza de nadie.

En todas esas empresas que el pavimento deshacen, unos rompen el asfalto para que otros lo reparen, y el hueco se vuelve historia sin que le pongan el parche. ¿A quién se le ocurriría la idea tan deslumbrante de que tape una brigada esos huecos que otra abre?

Frecuentemente sucede que entre empresas desiguales (por ejemplo la del gas y el sector de comunales) trabajan el mismo hueco, mas no se hacen responsables de tapar lo que rompieron y luego se van campantes.

A menudo en la polémica se esfuman los materiales destinados al arreglo, y a dónde van, nadie sabe. De esa manera, Liborio, nunca saldremos del bache.