Argentina estuvo este jueves apagada. Sin transporte público, ni vuelos domésticos o  internacionales, y con varias calles cortadas, el país se detuvo en apego a una huelga general de 24 horas contra el modelo económico que aplica hace 16 meses el gobierno de Mauricio Macri.

El paro, convocado por la Confederación General del Trabajo, la conocida CGT, también paralizó en todo el país sectores como la industria, sanidad, educación y banca.

La huelga general, primera que enfrenta el gobierno neoliberal, dio continuidad de las multitudinarias marchas organizadas en marzo por sindicatos, docentes y organizaciones de derechos humanos que salieron a reclamar ante una situación social y económica en franco deterioro.

La pobreza que comienza a ganar terreno sacó a los argentinos a la calle.

Los efectos del macrismo neoliberal

La pobreza azota hoy a uno de cada tres argentinos. La inflación, que llegó al cuarenta por ciento el año pasado, evaporó el poder adquisitivo del salario y el consumo interno lleva trece meses en picada.

Los despidos sumaron 250 mil en la economía formal, pero se estima que se multiplican por miles en un país con el 40 por ciento del empleo sin registrar. Se han derrumbado la industria y la construcción, principales fuentes de trabajo, que en febrero último cayeron seis y cuatro por ciento.

El gobierno de Macri, que en octubre enfrentará elecciones legislativas, comprobó el descontento popular con una administración que vive de espaldas a los desposeídos, los mismos que este jueves, con una masiva huelga general, hicieron que en Argentina, hasta el tango dejara de sonar.