Con los guantes puestos y parado en la esquina republicana, Donald Trump espera ahora la subida al ring electoral de Hillary Clinton. El magnate inmobiliario, que sorprendió a todos al ganar la candidatura del llamado Gran Partido Viejo, sabe que la aspirante demócrata es el único obstáculo que tiene en el camino a la Casa Blanca.

Una eventual victoria de Trump en las elecciones de noviembre venidero, lo convertiría en el jefe de la primera potencia mundial y responsable del botón que puede desatar el Armagedón nuclear en el planeta. Claro que es difícil que ese disparatado señor gane las elecciones, pero siempre tiene a su favor un margen de oportunidad, pues ni los más optimistas imaginaron que llegaría hasta donde lo hizo, y ahí está. Sabedor de que corre en la última yarda y misógino por naturaleza, Trump le va a ir encima a la Clinton con todo.

Una mujer en la casa blanca

Hillary Clinton debe ser nominada oficialmente como candidata presidencial en la Convención Demócrata que se realizará en Filadelfia, entre lunes y jueves próximos. La ex senadora y ex Secretaria de Estado, considerada como una de las figuras con mayor experiencia hoy en la política norteamericana, tendrá ahora que noquear a Trump para convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos. la también ex Primera Dama sale con ventaja en la pelea, pues los sondeos le dan una clara superioridad sobre su rival republicano, con amplio respaldo entre la comunidad latina.

No obstante, es casi ciencia demostrada que lo imprevisto forma parte de las broncas por la Casa Blanca y que cualquier cosa puede alterar el futuro de un candidato. Un golpe de suerte puede tumbar a cualquiera y la Clinton y Trump lo saben.