Ramón Labañino tiene abierto sobre el buró el libro Apuntes filosóficos, una recopilación de textos del Che. Hay una foto del Guerrillero Heroico justo frente al sitio de trabajo de este otro héroe, quien ahora es vicepresidente de la ANEC, la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.

Necesitamos de una cooperativa no agropecuaria que sea socialista y cubana, dice con la seguridad que le otorga el hecho de ser economista de profesión.

Labañino ha hecho un profundo estudio del cooperativismo en el mundo contemporáneo y por eso reclama un modelo autóctono para Cuba.

Las nuestras no se pueden parecer a las chinas, ni a las uruguayas y mucho menos a las de Estados Unidos, porque se ajustan a nuestras condiciones específicas e incluso a las características propias del cubano, afirma con convicción.

Para el beneficio colectivo

El vicepresidente de la ANEC apunta que el cooperativismo en Cuba es estimulado desde el gobierno, porque, dice, es la forma más colectiva de gestión no estatal.

Ramón Labañino señala que el objetivo es que las cooperativas no agropecuarias florezcan en todo el país, pero que crezcan en beneficio del pueblo.

Por eso, critica con fuerza el hecho de que en algunos casos, al formar la nueva entidad a partir de una empresa estatal, se trasvasen los problemas anteriores a esa forma de gestión. En ese sentido, el economista afirma que es un problema de cambio de mentalidad, de superar viejos esquemas y adoptar un modelo novedoso y atípico.

Mucha gente forma una cooperativa sin saber bien qué cosa es y guiada por las exenciones de impuestos y los beneficios que el Estado otorga, pero no cumplen los principios básicos de esa forma de gestión, señala sin tapujos.

Para quedarse

La Asamblea de Asociados es la que toma las decisiones fundamentales, apunta Ramón Labañino en referencia al trabajo de las cooperativas no agropecuarias.

En ese sentido, señala como un error permitir la toma de decisiones unipersonales, algo que, entre otros problemas, ocurrió con algunas recién creadas y que llevó a las autoridades cubanas a poner orden en la aprobación y funcionamiento de esas entidades.

Por eso son importantes los cursos de capacitación  impartidos por la ANEC para que la gente sepa qué es y cómo funciona una cooperativa no agropecuaria, subraya Labañino.

El vicepresidente de la ANEC y Héroe de la República de Cuba está convencido de que las cooperativas no agropecuarias llegaron a la realidad económica nacional para quedarse y actuar en beneficio de todos y por el socialismo cubano.