La Habana, Cuba. – ¿Cuántas ocasiones usted ha recorrido distintos establecimientos comerciales y se ha encontrado con diferentes precios de un mismo producto? 

De indignante pudiera ser calificada esa situación, pero la realidad determina que los precios, como norma y en principio, deben cubrir los costos, gastos, márgenes comerciales y los tributos que correspondan.

El Ministerio cubano de Finanzas y Precios centraliza en el país los valores minoristas de productos y servicios de alto impacto para la población, cuyos importes en CUC -peso cubano convertible-  se aprueban por ese organismo, explica Margarita Acosta, su directora de política de precios.

Aclara que es importante que la población conozca que el resto de los precios de los productos en venta son fijados por los jefes máximos de las cadenas de tiendas.

Que no exista disparidad de precios

Dos cadenas distintas como las Caribe o Caracol, por solo mencionar algunas, pueden adquirir iguales productos por proveedores diferentes, o en desiguales condiciones de compra.

Si a ello se le adiciona que tienen distintos gastos de distribución, porque NO poseen las mismas condiciones de comercialización, o requieren de un apoyo de terceros en la transportación, entonces podemos afirmar que la disparidad de precios puede ocurrir.

Margarita Acosta, directora de política de precios del Ministerio de Finanzas y Precios, afirma que en mercancías con alta demanda, las cadenas se ponen de acuerdo y toman precios minoristas iguales.

Tal es el caso de los jugos y néctares nacionales, pollo, leche condensada, sardinas, así como algunas salchichas y hamburguesas. La premisa, señala, es lograr que productos de gran impacto tengan siempre precios iguales por las cadenas.

Evitar inconformidades

La comunicación permanente entre los grupos de precios de los establecimientos comerciales para equiparar los costos de productos básicos de alimentos y aseo, así como equipos electrodomésticos, es un hecho cotidiano.

El Jefe de Grupo Cliente y Comunicación de Tiendas Caribe, Carlos Agüero, señala que en una misma cadena no pueden existir diferencias de precios de igual producto; solo es permisible cuando hay rebaja, o el artículo se encuentre en estado de merma, puntualizó.

Cuando no es así, esclarece Carlos Agüero, la diferencia de precios puede implicar que se esté cometiendo una violación.

Reconoció que la cadena de tiendas Caribe no está exenta de que algún trabajador en actitud negligente o inescrupulosa altere un precio con intencionalidad de lucro, lo que conlleva una sanción, y en algunos casos pueden ser hasta tramitados por la vía penal.