El desafío más inmediato que hoy tienen por delante los cubanos es la discusión y aprobación de una nueva Constitución, que -como afirmó el 26 de Julio último el General de Ejército Raúl Castro- incluya las transformaciones socioeconómicas implementadas en correspondencia con los acuerdos del VI y VII Congresos del Partido.

Luego de su aprobación en la Asamblea Nacional, vivimos desde el 13 de agosto un amplio proceso de consulta popular para analizar, proponer, aportar, al que será el documento jurídico y político más importante del país.

Por supuesto que la creación colectiva de la nueva Carta Magna garantizará la irrevocabilidad del Socialismo y la continuidad de la Revolución. Y, claro está, Cuba no dejará de concebirse como un Estado democrático, independiente y soberano, con las premisas de la libertad, equidad, justicia e igualdad social.

Una nación con todos y para el bien de todos

No hay dudas de que el pueblo de Cuba tiene frente a sus ojos otro momento de alta significación en su historia. La actual Constitución de la República -aprobada en 1976 con el respaldo del 97,7 por ciento de los ciudadanos- vive ahora una reforma total, en un proceso que es amplio, participativo y trascendental.

La gran responsabilidad de enriquecer y aprobar la nueva Ley de Leyes la tiene el pueblo de esta Isla, como no la tiene nadie en el mundo.

Es entonces, desde el 13 de agosto y hasta el 15 de noviembre en consulta popular, y más adelante cuando se convoque a referendo, una ocasión única para seguir construyendo una nación siempre mejor, como la soñó Martí, «Con todos y para el bien de todos».