La Habana, Cuba. Por trigésima tercera ocasión, hoy se celebra el Día Mundial sin Tabaco, momento en el que miles de personas apagan un cigarrillo recién encendido, otros ni siquiera lo prenden, y la gran mayoría de la población reflexiona sobre esa jornada sin fumar.

El tabaquismo tiene varias etapas: desde el consumo experimental, que ocurre en los jóvenes, luego pasa a ser recreacional, hasta llegar a la dependencia, que puede ser física y psicológica.

La primera se refiere a la necesidad de consumir la sustancia para evitar que aparezca el síndrome de abstinencia, el cual se caracteriza por ansiedad intensa, alteraciones de la concentración y del sueño, entre otros.

Por su parte, la dependencia psicológica es la asociación con diferentes actividades de la vida cotidiana, es decir, el uso del tabaco para relacionarse o como falso estimulante para mantenerse despierto.

Ganar en bienestar y saud

Expertos estiman que cada día se fuman en el mundo más de 20 billones de cigarros, y el número de los que adquieren el hábito, lejos de reducirse, aumenta considerablemente.

Dependiendo de su relación con el tabaco, cada individuo debe ubicarse en un marco de respeto y armonía, el fumador tiene la opción de dejar el hábito o de abstenerse de fumar en el ambiente de los demás.

Pasar 24 horas sin fumar puede ser el comienzo para dejar el hábito; en ese tiempo evite o disminuya actividades con las que acostumbra a asociar el acto, como el consumo de café o la ingestión de bebidas alcohólicas.

Además, calcule mensualmente lo que gasta comprando cigarros, y compare el valor final con lo que le cuesta adquirir algún artículo necesario. Reflexione… el acto de fumar no es imprescindible para la vida, si decide abandonarlo ganará bienestar y salud.