Nemesia Rodríguez compartió la presidencia del último Congreso del PCC junto a Fidel y Raúl

Soplillar, Cuba. – Pocas cubanas son tan conocidas como Nemesia Rodríguez Montano, la Flor carbonera de la que aprenden los niños en las clases de Historia y los adultos miran con veneración y respeto.

Nemesia, que hoy tiene 71  años, nació y aún vive en el pequeño poblado de Soplillar, a unos kilómetros de Playa Girón, donde inexpertos milicianos propinaron la primera derrota al imperialismo en América Latina.

Hasta el triunfo de la Revolución, la Ciénaga era uno de los lugares más pobres y olvidados de Cuba, con una población casi abandonada a su suerte y que sobrevivía de la producción de carbón vegetal. Esas paupérrimas condiciones de vida solo cambiaron después de 1959, como recuerda Nemesia cuando recibe a Radio Reloj en su modesta casa en Soplillar llena de fotos de Fidel y Raúl.

Todo lo que han visto en la Ciénaga lo hizo la Revolución, asegura.

Unos zapatos para recordar

Los zapaticos blancos, prueba acusatoria de la criminal acción del imperialismo

Todavía Nemesia no ha olvidado sus zapaticos blancos, que perforados y aún ensangrentados, son exhibidos en el Museo Memorial de Playa Girón como recordatorio a la felonía de los invasores.

Siento que contando la historia puedo ayudar a que la juventud, a que el mundo sepa lo que nos sucedió, asegura Nemesia con humildad luego de confesar que no se considera un símbolo.

Lo cierto es que en los dos últimos Congresos del Partido Comunista de Cuba, del cual es militante, ella compartió la presidencia con Fidel y Raúl, e incluso hizo un emotivo discurso para recordar la obra de la Revolución.

No fueron entonces fortuitas aquellas invitaciones a Nemesia, la Flor carbonera cuya vida resume la resistencia de los cubanos en el último medio siglo y que por eso se ha convertido en un símbolo vivo.