Santiago de Cuba. – Una vez más la Patria convoca a un encuentro con la historia; en esta ocasión en el Mausoleo a los Héroes y Mártires del II Frente Oriental «Frank País», al pie de la montaña de Mícara, para efectuar la ceremonia militar de traslado e inhumación de los restos de 104 combatientes caídos durante la guerra de liberación o fallecidos después del Triunfo de la Revolución.

Desde el Museo Central de este municipio santiaguero, recorrieron un kilómetro los armones encargados de trasladar los restos hasta el recinto para el descanso póstumo, acompañados por los acordes de la «Musicalización del Mausoleo del Segundo Frente Oriental», de la autoría de Frank Fernández.

Al llegar a la zona central del conjunto escultórico fundado el 11 de marzo de 1978, la Banda de Música del Estado Mayor General interpretó el «Hasta pronto» de Juan Almeida, dedicado especialmente a los caídos en la etapa de lucha.

Allí ya se encontraba el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, encabezando el solemne y emotivo acto, para rendir tributo a sus hermanos, amigos y compañeros de campaña en la etapa de la guerra de liberación nacional, e incluso luego de la victoria de enero de 1959.

Participaron también otros dirigentes del Partido, el Gobierno, jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), del Ministerio del Interior, de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, familiares de los caídos y una representación del indómito pueblo del Segundo Frente.

«Esta solemne ceremonia, se realiza transcurrido un año de la desaparición física del Líder Histórico de la Revolución Cubana, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien concibiera, como parte de la estrategia de extender las acciones del Ejército Rebelde a otras zonas del país, la creación de un nuevo frente guerrillero en este territorio, escenario a lo largo de la historia de incontables hazañas de compatriotas, en aras de alcanzar la justicia y la libertad plenas para los cubanos.

«La decisión de convertir en realidad ese sueño de varias generaciones de revolucionarios, trajo a estas montañas a más de un centenar de compañeras y compañeros, cuyas cenizas, por voluntad propia, descansarán en el lugar donde transcurrieron momentos trascendentales de sus vidas».

Así lo expresó José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido y Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, quien estuvo a cargo de las palabras centrales. Acerca de los combatientes, que se suman a los 273 ya inhumados en este mausoleo, dijo que seis ofrendaron la vida en acciones o combates, y los otros 98 tuvieron la alegría de disfrutar el triunfo.

«El ejemplo de sus vidas es el más valioso legado a las nuevas generaciones. La demostración de que sí pueden vencerse los peligros y las dificultades, cuando el desafío se asume con valor, inteligencia y decisión de vencer; cuando el trabajo creador no deja espacio a la indolencia, los lamentos y las justificaciones.

«Quienes hrmos tenido el privilegio de ocupar un modesto puesto en la trinchera durante largos años, sentimos la satisfacción de ver en los cubanos de hoy, en especial en nuestra juventud, igual disposición a vencer dificultades y peligros para continuar avanzando», argumentó Machado.

Por la senda de honor del mausoleo, los cargadores, integrantes de la Unidad de Ceremonia de las FAR, trasladaron en imponente marcha los restos de los 104 combatientes, hacia los túmulos y osarios donde fueron depositados para su eterno reposo. De manera simultánea, se efectuó el pase de lista para dar a conocer los nombres de cada uno de ellos.

Tres ofrendas florales: en nombre del General de Ejército Raúl Castro, del pueblo de Cuba, y de los familiares de los caídos, fueron colocadas por estudiantes de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de Santiago de Cuba ante la llama eterna, y tres salvas de fusilería se dispararon en homenaje póstumo a los combatientes del Segundo Frente Oriental Frank País.

No faltó el tributo personal de sus compañeros y familiares, en un momento casi íntimo, al que se sumaron los miembros de la presidencia depositando flores en cada una de las tumbas. Del mismo modo, se le rindió honores a la heroína del llano y de la Sierra, Vilma Espín Guillois.

Tomado del periódico Sierra Maestra