La Habana, Cuba.- En cada rincón de la geografía cubana hubo este tercer domingo de julio, una gran fiesta de cariño para celebrar el Día de los Niños, cuando los organizadores se esmeraron por hacerles vivir a los más pequeños una jornada inolvidable.

Felicitaciones, infinidad de besos y un abrazo inmenso en el que quepan todos, trasmitió Rosa María Ramírez Montero, presidenta de la Organización de Pioneros José Martí, a los niños y adolescentes cubanos, en ocasión de su día, que se celebra el tercer domingo de julio.

La también miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas los felicitó por el feliz final del curso escolar 2017-2018, un año académico intenso y con no pocas tensiones derivadas de los fenómenos meteorológicos, que obligaron, incluso, a reajustes en el calendario, planes y programas de estudios y causaron daños a un número importante de escuelas.

Yoandri Bello, presidente de la Organización de Pioneros José Martí en la oriental provincia de Santiago de Cuba, dijo que este domingo la alegría fue la especial protagonista de la festividad, la cual estuvo a la altura del aniversario 65 de la gesta heroica del Moncada que tendrá como escenario la Ciudad Héroe, el venidero 26 de Julio.

El Parque de los Sueños, complejo recreativo que enlaza el Zoológico y el Parque de Diversiones 26 de Julio, en la capital provincial, resultó sitio principal de la celebración, donde los más pequeños de casa disfrutaron a sus anchas de actividades culturales, deportivas y recreativas, de acuerdo con sus gustos y preferencias.

El Día de los Niños,  devino también jolgorio para los más pequeños de casa en el municipio especial de  Isla de la Juventud, cuando se redescubrieron  príncipes en medio de castillos inflables.

La ciudad cabecera de la localidad, sede de los festejos en su principal arteria, reservó para los infantes, desde bien temprano, juegos tradicionales, presentaciones de payasos de los grupos de Teatro Isla Joven  y de la juglaresca Carreta de los Pantoja, así como de la Casa de Cultura.

En la fiesta, aderezada por comparsas infantiles, se multiplicó la ilusión de pequeñas en edad preescolar de algún día ser bailarinas clásicas, mientras otros se sintieron conductores de automóviles o motocicletas, e incluso algunos practicaron ese juego desde sus dispositivos electrónicos, en el parque 15 de Mayo.