Borges es considerado como el más grande de los escritores porteños. Foto del autor.

Borges es considerado como el más grande de los escritores porteños. Foto del autor.

Si algún escritor argentino representa a Buenos Aires ese es Jorge Francisco Isidoro Luis Borges o simplemente Jorge Luis Borges, uno de los autores más destacados de la literatura en lengua española del siglo XX.

Borges, como más comúnmente se le conoce, fue un intelectual precoz que a los seis años, en 1907, escribió su primer texto inspirado en un pasaje de “El Quijote” y a los diez publicó una traducción al español de “El Príncipe feliz”, de Oscar Wilde, versión del inglés, idioma que dominaba de niño gracias al empeño de la abuela Fanny Haslam.

Con un morral inmenso de lecturas y una imaginación desbordada, puso patas arriba a la literatura argentina, al cultivar y mezclar varios géneros de manera deliberada, aunque sobresalió por sus relatos breves en los que elevó la ficción al rango de fantasía filosófica, al tiempo que convirtió a la metafísica y a la teología a simples ficciones.

Después de una estancia en Europa, y al regresar a la capital argentina, Borges se enfrascó en reconstruir literariamente una ciudad que ya no existñia, arrasada por los vientos de la modernidad que aquí soplaban en la década de los años 20 del pasado siglo.

El escritor dio a conocer entonces sus poemas “Fervor de Buenos Aires”, “Luna de enfrente” o “Cuaderno de San Martín”, en los que trató de rescatar aquellos lugares de antes, en especial el barrio de Palermo, donde creció y aún se mantienen las tradiciones más antiguas.

En esta cuadra de la calle Tucumán nació Borges, en el número 840 que ya no existe. Foto del autor.

En esta cuadra de la calle Tucumán nació Borges, en el número 840 que ya no existe. Foto del autor.

Por eso entre los argentinos está extendida la creencia de que Borges ha sido el responsable de la denominación de Palermo Viejo para esa zona de la ciudad, un barrio típicamente porteño inspirador de poemas como “Arrabal” o “Elegía de los portones”, en los que destacan personajes, lugares o características del suburbio.

Y es que aunque nació en Tucumán 840, la niñez de Borges transcurrió más al norte de la ciudad, en Palermo, específicamente en la conjunción de las calles Serrano (hoy Borges) y Guatemala, en una casa de dos plantas ya desaparecida, donde escribió el poema “Fundación mítica de Buenos Aires”.

Esa relación tan estrecha entre el autor y la ciudad es quizás la explicación de que no solo la intelectualidad porteña, sino los más humildes bonaerenses, reconozcan y admiren la impronta del escritor, convertido desde hace mucho tiempo en uno de los más conocidos literatos del país.

Aunque obtuvo el Premio Cervantes y otro montón de distinciones, si alguna deuda quedó con el escritor fue la obtención del Nobel de Literatura, un galardón al que aspiró durante 30 años y que nunca se le concedido, quizás por sus polémicas posiciones políticas, como ha dicho su viuda y albacea, María Kodama.

El bar La Poesía era frecuentado por Borges y otros intelectuales argentinos. Foto del autor.

El bar La Poesía era frecuentado por Borges y otros intelectuales argentinos. Foto del autor.

Hace apenas unas semanas, en ocasión del trigésimo aniversario de la muerte del escritor, el imponente Centro Cultural Néstor Kirchner (CCK) abrió una gran exposición, titulada “Borges. Ficciones de un tiempo infinito”, que reunió primeras ediciones, fotos originales, pinturas, instalaciones, materiales audiovisuales y piezas contemporáneas.

La muestra interdisciplinaria ocupó casi tres mil metros cuadrados del CCK y en ella participaron unos 80 intelectuales que abordaron la obra borgeana desde distintos ángulos como “Borges y las letras”, “Borges y el arte”, “Borges, la matemática y otras ciencias”, “Borges y el cine”, “Borges y el atlas” y “Borges y la imagen clásica del laberinto”, entre otros.

La gigantesca muestra realizó un recorrido que va del arte pictórico a la ilustración, de la literatura al videoarte, del cine al haiku, del paisajismo al tango, de la fotografía a los seres imaginarios, de la enciclopedia a Internet.

Foto 5-Una tarja recuerda la preeminencia intelectual del sitio. Foto del autor.

Una tarja recuerda la preeminencia intelectual del sitio. Foto del autor.

“Nadie es la patria, pero todos lo somos”, proclamaba la marquesina del CCK que recogía una estrofa del poema “Oda de 1966”, escrito por Borges en ocasión el sesquicentenario de la Declaración de Independencia.

Aquella frase, lapidaria y profunda, bastaría para encumbrar al escritor, cuyo talento no solo se expresó en esas ocho palabras, sino que se desbordó sobre casi todos los géneros literarios y dejó una impronta en la ciudad para fundirse con ella y hoy ser parte de Buenos Aires.