A cerca de decenio y medio de la disolución de la Unión Soviética la OTAN acaba de dar por resucitada la Guerra Fría. Foto: Granma.cu

La Habana, Cuba.- A cerca de decenio y medio de la disolución de la Unión Soviética y el campo socialista europeo, la belicista Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), acaba de dar por resucitada la Guerra Fría, que pareció morir entonces.

Ha sido en la reciente Cumbre otanista realizada en Polonia, que Washington y sus aliados decidieron desplegar tropas en las ex naciones socialistas del Báltico, Estonia, Letonia y Lituania, así como en territorio polaco.

Ello junto a la activación del escudo antimisiles de los Estados Unidos desplegado en Europa, y que el Pentágono espera le permita dar golpes nucleares sin posible respuesta del agredido. Se trata, en fin, de un conjunto de medidas muy agresivas y peligrosas que tienen como epicentro el intentar reducir a Rusia  y su actual papel internacional.

Práctica agresiva

Que entonces la humanidad enfrente otra vez  los graves riesgos de una conflagración que puede llevar al uso de los arsenales nucleares, vuelve a ser entera responsabilidad del Occidente capitalista y de los reaccionarios círculos norteamericanos de poder.

De hecho, aun cuando a finales del pasado siglo fue disuelta la Unión Soviética, los ideólogos hegemonistas se encargaron de proyectar el criterio de que nada cambiaría demasiado en las relaciones internacionales.

La proclamación del capitalismo como al pretendido final de la historia humana, y de la pretensión de evitar a toda costa la reorganización o surgimiento de nuevas potencias mundiales, son por si mismos elementos que hablan claro de que la guerra y la violencia siguen vigentes para los hegemonistas.

Servidores incondicionales

La reciente cumbre otanista realizada en Polonia fue además espacio para confirmar la total incondicionalidad de los restantes miembros del pacto agresivo hacia  las demandas de los Estados Unidos, el socio mayor.

Washington anunció en el cónclave que sus tropas permanecerán en Afganistán más allá del presente año, y que será acompañado en esa decisión por numerosos integrantes de la OTAN.

Gobiernos que no solo remitirán efectivos castrenses a aquel país centroasiático ocupado desde hace década y media bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, sino que se harán cargo de enfrentar todos los gastos que esa permanencia demande a costa de los impuestos que pagan sus respectivos ciudadanos. Otra muestra absoluta de servilismo.

Etiquetas: