El joven camagüeyano Yasmani Sian Ofarrill no lo pensó dos veces cuando le solicitaron su disposición para apoyar como voluntario las labores en el Hospital Militar Octavio de la Concepción y de la Pedraja, donde se encuentran pacientes confirmados con la COVID -19.

No niega que, por lógica, sus padres mostraron inmediata preocupación, pero en su caso predominó la responsabilidad ante la convocatoria de la Unión de Jóvenes Comunistas y el agradecimiento a una Revolución a la que le debe todo, afirma.

Yasmani Sian Ofarrill, prefirió cambiar sus rutinas para apoyar el enfrentamiento a la pandemia en el Hospital Militar Octavio de la Concepción y de la Pedraja.

Dije que sí porque en este momento es lo que hace falta y creo que asumí una misión muy importante al contribuir a la limpieza e higienización de los cubículos donde se encuentran los enfermos.

Allí nos protegimos siempre con guantes, máscaras y los constantes baños y cambio de ropa; fue muy conmovedor ver cuando le daban de alta a algún paciente; sentí la mismas emociones que cuando me gradué de profesor.

Orgullo para una madre

Acostumbrado a su quehacer como profesor de Historia de Cuba y dirigente juvenil en la Escuela Pedagógica Nicolás Guillén, de Camagüey, Yasmani Sian Ofarrill, prefirió cambiar sus rutinas para apoyar el enfrentamiento a la pandemia en el Hospital Militar Octavio de la Concepción y de la Pedraja.

Junto a él compartieron la misión de asegurar la limpieza allí no sólo representantes de la UJC, sino también de otras organizaciones como muestra de la unidad y solidaridad que caracteriza al sistema social cubano.
Ahora Yasmani está bajo vigilancia epidemiológica junto al personal de la Salud que concluyó la rotación, pero asegura estar dispuesto a repetir la experiencia.

Por eso, este Día de las Madres será especial tanto para él como para su mamá Migdalia, en la ciudad de Camagüey, quien puede enorgullecerse de tener un hijo que también clasifica entre los valientes de estos tiempos.