Cuba entera esta inmersa en el estudio y debate del Proyecto de Constitución

La Habana, Cuba. – Quizás sin que algunos se den cuenta, el país está haciendo un ejercicio de introspección nacional que permite identificar cómo la gente común y corriente concibe el futuro de la nación.

Discutir en colectivo el proyecto de Constitución no es simple tarea, ni mucho menos vana. Las reuniones que cada día conjuntan a cubanos de todo tipo tienen el atractivo de aquilatar opiniones, conocer posiciones y hasta aprender o entender determinado aspecto de la vida cotidiana.

En un país que ha graduado a un millón de profesionales, cada vez que alguien pide la palabra, hay que atenderlo con cuidado. Pero la vida ha demostrado que cualquiera, el más desconocido y menos preparado del barrio o del centro, es capaz de hacer una propuesta bien argumentada con un reflexión aguda.

Como en la memorable canción de Mercedes Sosa, aquí caben todas las voces, todas.

Para tener un país mejor

Todo tiene que ver con todo, porque el texto constitucional en discusión marcará la vida inmediata de un país que vive poco a poco una transformación de gran calado.

Precisamente, si la nueva Constitución viene ahora es porque la nación necesita actualizarse legalmente para ponerse a tono con los cambios que se institucionalizaron a partir del Sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba, hace ya casi una década.

Por eso se necesita de la inteligencia colectiva para arribar a puerto seguro con una Carta Magna que recoja la común aspiración de alcanzar el difícil equilibrio entre prosperidad y equidad. Queremos ser mejores y por eso, para acabar con los demonios, es que estamos haciendo entre todos una nueva Constitución, que en definitiva, como gusta decir el compositor-trovador Tony Ávila, es hacer un exorcismo nacional.