Integrantes del TPP

La Habana, Cuba. – Cuando le restan menos de dos meses para sentarse en la Casa Blanca, Donald Trump advirtió que en sus primeros cien días de gobierno sacaría a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, conocido por sus siglas en inglés TPP.

Ese pacto, que el rubicundo presidente electo calificó como un desastre potencial para la economía norteamericana, fue firmado en febrero último por la administración Obama y los gobiernos de otros once países, tras siete años de arduas negociaciones.

Acérrimo crítico de los convenios multinacionales, Trump estima que ese Acuerdo pone los intereses comerciales por encima de la creación de empleos, lo que considera daña la base económica del país norteño.

Por suerte para él, aún no ha sido ratificado el tratado, que parece estar herido de muerte, incluso antes de nacer.

Sin muchas esperanzas

Para entrar en vigor, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica tiene que haber sido ratificado en febrero próximo por al menos seis países que, en su conjunto, representen el 85 por ciento de la producción económica de los 12 firmantes.

Si como Trump ha anunciado Estados Unidos abandona ese convenio, todo se vendrá abajo, pues los otros firmantes en conjunto no llegan a la cifra pactada.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ya dijo que sin Washington ese acuerdo no tiene sentido, pues aunque los demás firmantes del convenio pudieran seguir adelante solos, poco podrán hacer sin el libre acceso al apetecible mercado estadounidense.

Por eso, sin entrar en la Casa Blanca, Trump ha puesto a temblar a muchos, sobre todo a aquellos que pueden quedar colgados de la brocha, ahora que amenaza con llevarse la escalera.