Una llamada de Trump a Ucrania lo coloca en el filo de la navaja. Foto/BBC

La Habana, Cuba. – En 230 años de historia constitucional de Estados Unidos, el Congreso ha iniciado procesos de Impeachment o revocación de mandato en 19 ocasiones. Pero solo 3 presidentes han sido sometidos a esa impugnación y ninguno ha sido depuesto por esa causa.

Bajo esa amenaza estuvieron los demócratas Andriu Jhonson, en 1868 y Bill Clinton, en 1998.  El otro fue el republicano Richard Nixon, pero dimitió antes por el escándalo Watergate.

La historia demuestra que ahora va a resultar muy difícil, por no decir imposible, destituir a Donald Trump a quien los demócratas han amenazado otras veces con la misma arma que hoy finalmente esgrimen. Sin embargo, el proceso es largo y complicado, porque no es fácil deshacerse de un presidente, por muy loco que sea.

Los republicanos deciden

La acusación de los demócratas contra Trump se basa en las presiones del mandatario al gobierno de Ucrania para que investigara y perjudicara a uno de sus rivales políticos, el exvicepresidente y aspirante a la Casa Blanca, Joe Biden.

Aun cuando sean ciertas esas imputaciones, el proceso de destitución, el tan nombrado Impeachment, lleva primero una investigación congresional. Después tiene que ser aprobado por mayoría simple de los 435 miembros de la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, pero en última instancia es el Senado, en manos republicanas, el que decide la destitución.

Es difícil pensar que la revocación llegará a buen puerto, aunque los demócratas se la jueguen ahora al largo y tortuoso camino de la destitución a Trump.