La Habana, Cuba. – Aquí, donde hay un millón de graduados universitarios y la enseñanza es reconocida internacionalmente, resulta cuando menos sospechoso que se ofrezcan becas en Estados Unidos a jóvenes cubanos de entre 16 y 18 años.

No es que uno se oponga al intercambio académico, algo que el país viene haciendo casi desde el triunfo mismo de la Revolución, sino que no es lógico que esa aparentemente bondadosa iniciativa tenga origen en la misma nación que nos aplica un férreo bloqueo, cuyas consecuencias se sienten también en el sector educacional.

Hay un tufo malsano detrás de la propuesta de World Learning, una organización norteamericana que tiene unos 40 programas financiados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la escurridiza USAID, responsable del proyecto subversivo Zunzuneo y de otras artimañas anticubanas.

Una fábrica subversiva

La World Learning, que ahora ofrece becas a jóvenes cubanos, es considerada por algunas fuentes como una fábrica de propaganda de la CIA que se utiliza para que el gobierno federal pueda lograr sus objetivos políticos generales en suelo extranjero.

Suspicacias aparte, las alarmas saltan cuando se conoce que Sociedad civil y gobernanza, Transformación post-conflicto o Liderazgo juvenil son algunos de los temas que se imparten en los cursos, revestidos por una apariencia de ingenua inocencia.

En 8 años de mandato de Barack Obama se han utilizado 139 millones de dólares en planes subversivos y buena parte de ese dinero ha ido a parar a World Lerning.

Ahora, como parte de esa estrategia, la juventud cubana vuelve a ser blanco de una entidad que esconde la subversión entre las libretas.