Jair Bolsonaro deja sin cobertura médica a millones de brasileños

La Habana, Cuba. – No puede sorprender a nadie que sea con Cuba el primer encontronazo en política exterior del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro.

Algo había anticipado en la carrera electoral cuando tuvo palabras francamente ofensivas no solo para nuestros médicos, sino para todos los cubanos.

 

El capitán retirado, que en enero entrará al Palacio de Planalto, solo ha sido consecuente con un pensamiento político que parece dictado desde el Norte y alineado perfectamente con lo que se dice en Washington.

Es un capítulo más de una mala telenovela ultraderechista, misógina, homofóbica y racista que lo llevó al poder después de dividir al país.

Es la manera de desmontar la obra social de Lula, Dilma y el Partido de los Trabajadores, y de paso de hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos con los ataques contra Cuba.

Una atención de primera

Hay que recordar, y sin ánimo de criticar a nadie, que las áreas de Brasil donde han estado nuestros médicos, son los lugares donde los galenos brasileños se niegan a trabajar. Y ha sido una atención alabada por los propios pobladores de esas zonas, que agradecen la profesionalidad, entrega y altruismo de los cubanos, reconocidos por la Organización Mundial de la Salud como un ejemplo de buenas prácticas.

Han sido 60 millones de brasileños, en más de 3 mil 600 municipios, favorecidos por la acción de nuestros profesionales en un convenio a tres bandas entre Brasilia, La Habana y la Organización Panamericana de la Salud.

Si ahora Bolsonaro  impone condiciones inaceptables marcadamente políticas para la estancia de nuestros médicos en Brasil e incumple las garantías acordadas, es fácil averiguar entonces quién es el responsable.