Miles de venezolanos chavistas se oponen a los planes de Trump y la oposición interna

La Habana, Cuba. – La intención de la Casa Blanca y sus personeros de ultraderecha de subvertir el orden democrático en Venezuela parecería no marchar al gusto de sus organizadores.

Los golpes han sido fuertes, desde el intento de sustituir al presidente Nicolás Maduro por un autoproclamado mandatario por encargo, el asambleísta Juan Guaidó, hasta la pretensión de robar a la nación sudamericana sus activos y propiedades en Estados Unidos para entregarlos al titulado gobernante de facto.

Un ensañamiento y preparación detallados que indican claramente que Washington está de lleno detrás de la jugada. Para ello se sirve de una derecha nacional sin posibilidades ciertas de proponer y ejecutar un programa válido para la reorganización de Venezuela en total independencia y equidad.

Murallas internas y externas

Agredida en sus sentimientos patrios y su integridad política, Venezuela no ha cesado de movilizar sus fuerzas progresistas internas, solidificar su convergencia cívico militar, movilizar a sus instituciones armadas y reforzar la batalla política en el interés de defender la nación.

Al mismo tiempo, lograr la paz que tanto necesita para entregarse a las tareas económicas y sociales, lo que resulta un bastión clave en la resistencia.

A ellos se suma una creciente solidaridad internacional que, si se desentendiera, un ataque a Venezuela implicaría debilitar sensiblemente los mecanismos políticos y de concertación globales.

Debe primar la sensatez que se ha instituido a lo largo de la azarosa historia de nuestra especie, como instrumentos para enfrentar civilizadamente y de manera justa todo diferendo.