En 1960 Cuba nacionaliza grandes empresas norteamericanas

La Habana, Cuba. – Era 1960 y Estados Unidos empuñaba una actitud de constante agresión hacia el gobierno revolucionario en ciernes.

El boicot de las empresas petroleras que se negaban a refinar el crudo procedente de la Unión Soviética y la reducción de la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano fueron de los primeros instrumentos de coacción que encontraron una contundente respuesta la noche del 6 de agosto del mismo año.

Durante la clausura del 1er. Congreso Latinoamericano de Juventudes, ante un abarrotado Estadio del Cerro, Fidel anunció la nacionalización de 26 compañías estadounidenses que poseían los monopolios de la electricidad y el teléfono, las refinerías de petróleo y los mejores centrales azucareros.

La reacción del pueblo no demoró, y mientras el líder mencionaba cada una de las empresas, un coro espontáneo repetía: ¡se llamaba!

Primeros pasos hacia el socialismo

Las medidas anunciadas por Fidel la memorable noche del 6 de agosto de 1960 tuvieron un marcado carácter antimperialista, y en las semanas siguientes se completó la nacionalización de propiedades norteamericanas con la expropiación de la banca y otras grandes empresas.

No se derogaba aún la propiedad privada de la burguesía doméstica, y aunque a las entidades implicadas se les ofreció indemnización, la mayoría la rechazó.

Hoy, cuando Cuba identifica a la inversión extranjera, sin injerencias políticas, como estratégica en sus aspiraciones de desarrollo, asoma la oreja peluda de una ley Helms-Burton desfasada que no aprendió la lección.

La joven Revolución triunfante defendió sin paños tibios su soberanía económica y puso primero los intereses del pueblo; la sociedad nueva echaba a andar.