Llueva truene o relampaguee, por aire, tierra o mar, iré a Lima a la Cumbre de las Américas ha dicho Maduro.

El jefe de estado venezolano ha respondido de esa forma al gobierno peruano, que le retiró la invitación, y al llamado Grupo de Lima, que hizo el coro.

Hay mucho de sinvergüenzura en el acoso al chavismo de un grupo de países cuyos gobernantes, como si fuera poco, tienen el tejado de vidrio.

El primero en la lista es el peruano Pedro Pablo Kuczynski, sospechoso de corrupción, que negoció la continuidad en el poder a cambio de un indulto a Fujimori.

Pedro Pablo Kuczynsk

También juega contra Venezuela, nada menos que el brasileño Michel Temer, que arrebató la Presidencia mediante un golpe parlamentario y trata de eliminar a la izquierda.

Michel Temer

Otro que bien baila es el mexicano Enrique Peña Nieto, a quien el 72 por ciento de sus conciudadanos consideran como un corrupto.

Lima los une

Otro de los invitados a la venidera Cumbre de Las Américas es el paraguayo Horacio Cartes, acusado por Wikileaks de dirigir una red de lavado de dinero.

Además estará en Lima el hondureño Juan Hernández, imputado de hacer fraude para ser reelecto y de enfrentar las protestas con una represión que dejó una treintena de muertos.

Otros dos que se las traen son el colombiano Juan Manuel Santos y el argentino Mauricio Macri, pero también tienen ticket de entrada a la Cumbre.

Juan Manuel Santos y el argentino Mauricio Macri

Con todos esos especímenes presentes en la reunión, sin que nadie los cuestione, es fácil develar la malsana intención que se cierne sobre la Revolución Bolivariana por ser el centro de un proyecto continental de la izquierda.

Pero tendrán que escuchar a Maduro, y a otros más, que irán a Lima contra viento y marea.