La constituyente es un llamado a la paz.

Los grupos que en Venezuela están jugando la carta de la oposición aupados por Washington y otras fuerzas de derecha externas, no cesan de crear artilugios políticos contra la Revolución Bolivariana, que se suman a las repetidas acciones violentas y de sabotaje que se producen en ese país hace varias semanas.

La convocatoria por el gobierno a una Asamblea Constituyente que debe ser electa a fines de julio, constituye un blanco preferente de la oligarquía.

Sabe que de redactarse una nueva Carta Magna por una mayoría de delegados populares, le será mucho más difícil instrumentar el cambio de régimen que desea y que debe devolver a Venezuela al camino de la dependencia con respecto a la Casa Blanca.

En consecuencia, una tarea prioritaria es desprestigiar y evitar la cercana consulta.

Una nueva jugada golpista

En consecuencia, y frente a la posible instrumentación de una Asamblea Constituyente, personeros de la derecha venezolana estarían convocando a un ilegal proceso electoral previo como rechazo al propuesto oficialmente para fines de mes.

Parlamentarios oligárquicos de un legislativo en desacato por mantener diputados investidos fraudulentamente, impulsan ahora una votación que dice, mostrará que la nación no está de acuerdo con la Constituyente que ha organizado el presidente Nicolás Maduro según lo estipula la actual Carta Magna.

De manera que se está jugando descaradamente a violentar la ley para seguir estableciendo un clima interno explosivo e incontrolado que permita a los hegemonistas atacar al país suramericano bajo el manido pretexto de evitar el caos y salvar vidas y bienes.