La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Niqui Jáley, anunció la retirada de su país del Consejo de Derechos Humanos

Estados Unidos acaba de dar otro paso en el proceso de aislamiento internacional que impulsa la Administración Trump.

De manera oficial, Washington abandonó el Consejo de Derechos Humanos, una entidad de Naciones Unidas que, desde su creación en 2006, vino a intentar apartar la manipulación política en los análisis del tema.

El anuncio, hecho por el Secretario de Estado, Maik Pompeo y la embajadora en la ONU, Niqui Jáley, tuvo como justificación las denuncias contra Israel como violador de los derechos humanos.

No podía ser de otra forma dada la alianza Tel Aviv-Washington, pero la retirada coindice con las críticas lanzadas contra la política migratoria estadounidense, en momentos en que la administración no sabe el destino de miles de niños de emigrantes separados de sus padres.

Estados Unidos solo

Durante 3 años, Washington estuvo fuera del Consejo de Derechos Humanos, después que la administración de WWBush votó en contra de su creación en 2006.

Sin embargo, en cuanto asumió la presidencia Barack Obama, Estados Unidos regresó a ese órgano de la ONU que ahora acaba de abandonar a instancias de Trump.

De esa forma, el actual gobierno toma distancia del multilateralismo preconizado por la administración anterior. Es una salida más, después de abandonar a la UNESCO, descolgarse del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, renunciar al Tratado comercial Transpacífico o dejar el pacto nuclear con Irán.

Lo cierto es que la llegada de Trump al poder ha significado el predominio de un peligroso enfoque en el que Estados Unidos debe andar solo y para eso la Casa Blanca no duda en cerrar puertas y ventanas.