Nada hay nuevo bajo el Sol, dice un viejo proverbio de inspiración bíblica, que parece confirmarse en los últimos acontecimiento en la relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

La famosa Fuerza Operativa para Internet en Cuba, creada por Trump bajo la sombrilla del Departamento de Estado, es una herramienta de subversión ya probada en otros lares.

El empleo de la red de redes con el objetivo de cambiar el ordenamiento socio-político cubano viene desde administraciones anteriores, por eso no se puede hablar de ruptura, sino de continuidad en esa política hostil.

La jugada es crear, a través de Internet, a individuos influyentes con los que organizar nuevos instrumentos de comunicación para mediar en sectores de la sociedad cubana priorizados por los estrategas norteamericanos. no hay recato en esos planes que casi se anunciaron a bombo y platillo.

Con la revolución en la mira

Al mejor estilo injerencista, Estados Unidos trata ahora de llevar la guerra no convencional al espacio virtual público de Cuba.

Quizás usted piense que esa es una exageración, pero entenderá si sabe que el proyecto del Departamento de Estado oculta en las entretelas varios programas especiales de influencia y subversión, que lejos de ayudarnos a hacer crecer en el acceso a Internet, solo pretenden demoler los cimientos de la obra de la Revolución Cubana.

Es que durante medio siglo han mantenido intacta la intención de modificar la estructura de la sociedad cubana, ahora mediante ciertos sectores sociales a los que aspiran a convertir en una vía de influencia en las decisiones políticas y económicas del país.

Son planes millonarios, pero nada nuevo, solo viejas ideas, ahora con disfraz virtual.