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Hay opresión en la Patria, pero habrá algún día otra vez libertad, expresó en una ocasión el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y Juan Almeida Bosque guardó esas frases en el corazón.

De esa forma, fue desde su juventud un fiel luchador y patriota de talla excepcional, que estuvo en las acciones del asalto al Cuartel Moncada, guardó prisión, partió al exilio, regresó en el Yate Granma, ascendió a la Sierra y ganó los grados de Comandante.

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Almeida se convirtió en héroe no sólo en la guerra, sino también en la paz. Su desempeño en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en el Partido, el Gobierno y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, dejó huellas de consagración, lealtad y eficiencia que lo distinguen como un verdadero ídolo del pueblo, justamente en este septiembre cuando han transcurrido nueve años de su fallecimiento.

 

 

Combatiente y artista

Foto/ Tribuna

Al cumplirse este 11 de septiembre el noveno aniversario de su desaparición física, Cuba entera rinde homenaje perpetuo al legendario Juan Almeida Bosque, a su obra, su honor, a su vida de combatiente, de guía, pero también al autor de más de 300 canciones y una docena de libros.

Con su rica obra musical y literaria, se convirtió en artista indispensable para la cultura cubana. Vienen a la mente los temas La Lupe, Este camino largo, Mejor concluir, Vuelve pronto y Mejor diciembre.

Además, los textos La única ciudadana y Contra el agua y el viento, por solo citar dos ejemplos, este último con el que obtuvo el premio Casa de las Américas en 1985.

Con semejantes hazañas, cómo olvidar al Comandante Almeida, el guerrillero probado en MIL batallas, con alma especialmente sensible.

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