La Habana, Cuba. – La incierta ruta política del presidente Donald Trump es hoy la principal preocupación del Partido Republicano, que mira con desasosiego la cercanía de las elecciones de medio término que pueden modificar el equilibrio del poder legislativo.

Y es que el magnate-presidente tiene broncas serias con varios congresistas y correligionarios con cierto peso en el Partido del elefante, donde temen que Trump haya renunciado a su papel de líder partidista para asumir el liderazgo de su propio movimiento político. Por eso, los republicanos se preparan para unos comicios en los que el impopular mandatario perjudica más de lo que ayuda a los candidatos del partido.

El año próximo la Cámara de Representantes renovará sus 435 bancas, mientras que el Senado cambiará un tercio de sus 100 escaños.

Tradición rota

La división entre el presidente y los congresistas de su propio partido, rompe la tradición política de Estados Unidos.

Más allá de puntuales encontronazos con la Casa Blanca, el mandatario siempre era una baza en manos de los legisladores a la hora de respaldar a quienes ocupan un escaño en una de las dos Cámaras del Congreso. Controlar un mayor número de puestos congresionales era una estrategia que servía para los intereses comunes.

Las desavenencias entre Trump y varios congresistas republicanos se expresan no solo en la falta de apoyo a los legisladores, sino en algunas críticas directas por no respaldar y hasta oponerse a los planes de la administración.

Lo cierto es que el Partido del elefante entra en una etapa de confrontación electoral y la actitud del magnate-presidente tiene a muchos republicanos al borde de un ataque de nervios.