La Habana, Cuba. – Aunque apenas quedan cinco días para las elecciones presidenciales, no cesan los escándalos nuevos y viejos en Estados Unidos.

Los reaparecidos correos electrónicos de la demócrata Hillary Clinton. La denuncia de que el republicano Donald Trump evadió al fisco en cifras millonarias. Es el súmmum de una campaña feroz y sucia en la que ha primado la falta de seriedad y profundidad en los planteos previos de los candidatos.

La Clinton ha tenido que dedicarse a defenderse de la gruesa artillería verbal de Trump, quien ha puesto en duda la experiencia de una rival a la que llegó a calificar como “asquerosa”.

Ha sido lo nunca visto en una contienda electoral que, más allá de los dimes y diretes, no ha logrado movilizar al electorado de uno u otro bando y ha quedado reducida a un reality show de la peor factura.

A esperar el martes

La opinión del electorado norteamericano puede cambiar en apenas un segundo. Una frase mal dicha o mal entendida, un chisme filtrado a la prensa, o lo que a usted se le ocurra, pueden modificar en un instante una tendencia de voto que hasta el momento beneficia a Hikkary Clinton.

No obstante, a esta altura de la contienda, es casi seguro que la candidata demócrata gane y ocupe la butaca del Despacho Oval de la Casa Blanca, lo que la convertiría en la primera mujer en gobernar en Estados Unidos.

La Clinton parece tener una buena dotación de votos electorales, esos que se otorgan a partir de la cantidad de población que tiene cada estado y que en definitiva son los que deciden los resultados por encima de la decisión popular.

De cualquier manera, habrá que esperar hasta el martes por los resultados de una contienda marcada por escándalos y bajezas