La Habana, Cuba. – ¿Cómo sintetizar la crisis generalizada que afecta a Estados Unidos? Baste indicar, el maratón de dimisiones que acribilla a relevantes funcionarios de su gobierno.

La más cercana es Kirstjen Nielsen, Secretaria de Seguridad Nacional, brazo ejecutor de la política migratoria de Trump. Otra fue Ryan Zinke, Secretario del Interior, investigado por aprovecharse del cargo para obtener prebendas. Además, James Matts, Secretario de Defensa, John F. Kelly, Jefe de Gabinete, Jeff Sessions, Fiscal General, Nikki Halley, Embajadora ante la ONU, entre otras.

Se incluye la de Helen Aguirre, portavoz de la comunidad hispana en Miami y la del Asesor de Seguridad Nacional, General Memaster, sustituto del tenebroso John Bolton.

Vale subrayar que en esta muestra hay una corrupción mal disimulada, nepotismo, trifulcas internas, y envidias, junto a fabulosas mentiras.

Girón y la Ley Helms-Burton

Tras la oleada de renuncias del gabinete Trump y la  llegada a la Casa Blanca de una sarta de personajes vergonzosos como Mike Pompeo, la memoria se remonta al zarpazo mercenario de 1961 por Playa Girón.

Ese recuerdo de Abril ocurre en medio de un sólido rechazo a la posible implementación del Capítulo III de la Helms-Burton. Ambos sucesos forman parte de una misma historia, ahogar por cualquier medio a la Revolución Cubana.

Antes, retiraron a los inspectores sanitarios de frutas y vegetales con destino a Estados Unidos, recortaron la compra de 700 mil toneladas de azúcar y eliminaron el suministro de petróleo.

Era solo el inicio, seguido por un feroz bloqueo a ventas de medicinas y equipos médicos. Pero los cubanos resistieron. Ahora venceremos igual al loco proyecto de gobierno mundial que representa la Helms-Burton y su Capítulo III.