La Habana, Cuba. – A punto de cumplir el primer año de mandato, Donald Trump tiene por delante 12 meses en los que tendrá que lidiar con varios problemas tanto internos como externos.

En el plano doméstico, el asunto más peliagudo, por las posibles implicaciones legales, es la continuación de las pesquisas sobre la supuesta influencia rusa en las más recientes elecciones presidenciales. Y precisamente en el tema electoral, la actual administración tendrá un pulso político serio el 6 de noviembre, en los comicios que renovarán la totalidad de la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado.

Pero mientras esa fecha llega, Trump tratará de sacar a flote la controvertida reforma de salud, que ha naufragado dos veces en el Congreso.

También tendrá que resolver el futuro del programa que evita la deportación de los emigrantes llegados de manera irregular siendo niños, los llamados drimers.

Paz en peligro

Además de los líos domésticos, la administración Trump tiene que lidiar este año con varios peligrosos conflictos internacionales.

El principal problema son las constantes amenazas de Washington a Corea Democrática, un asunto que incomoda a muchos y pone sobre ascuas a la paz mundial.

En el Medio Oriente, además de los rollos con el extremismo islámico, la anunciada decisión de trasladar la embajada norteamericana a Jerusalén abre otro frente en una región volátil, donde actúa Israel, el ahijado favorito de Washington.

Con la popularidad a la baja y fajado con la prensa, el magnate presidente va a continuar escondiendo este año, tras el disfraz del disparate, un pensamiento político de ultraderecha que roza peligrosamente con el fascismo. Por eso, que nadie se asombre de lo que vivirá Estados Unidos en el nuevo año de Trump.