Como dijo Tupac Katari «Volveremos y seremos millones»

La Habana, Cuba. – Evo tuvo que renunciar empujado por la violencia de una derecha racista y oligárquica que no pudo soportar el curso de un proceso emancipador enfocado en lo social.

Porque el Movimiento al Socialismo sacó de la pobreza al 30 por ciento de los bolivianos y se convirtió en uno de los gobiernos más exitosos de Nuestra América, no solo en lo económico.

Los indígenas, los campesinos, los obreros, esa masa preterida por el capital, tuvo una esperanza en un político que siempre ganó a base de la aceptación popular y que por eso renunció a trabajar en el Palacio Quemado para irse a lo que hoy llaman la Casa Grande del pueblo, hermoso y simbólico nombre para la sede del ejecutivo boliviano.

Desde ahí se tejían los hilos de una transformación que abarcó también lo político, lo cultural y hasta lo étnico.

Un golpe fascista

País con una tradición castrense de subordinación al Norte, Bolivia es una de las naciones latinoamericanas donde más sonaron las botas militares.

Ahora, de manera más o menos clásica, esa nación parece regresar a un pasado golpista que tiene un tufillo fascista. Y no es una exageración. Ahí está la violencia de una derecha que se ensañó con los familiares de los dirigentes del gobierno de Evo para forzar una renuncia que volteó la esencia de la sacrosanta democracia liberal.

Porque el depuesto gobierno tuvo que jugar con esas reglas y lo más asombroso fue que ganó y fue exitoso durante 13 años. Por eso tuvieron que recurrir a la violencia, pero se olvidaron del ejemplo del sublevado minero aymará, Tupac Katari, quien antes de ser ejecutado proclamó: Mañana volveré y seré millones.