Ernesto Ché Guevara, guía e inspiración de los revolucionarios

La Habana, Cuba. – ¿Qué estaría haciendo hoy el Ché? ¿Cuánto hubiera aportado a nuestro proyecto socio-político? Son esas preguntas que cualquiera se ha hecho durante estos 52 años transcurridos desde su caída en combate.

El argentino fue el principal teórico del grupo de rebeldes nucleados alrededor de Fidel y el que, al menos públicamente, siempre tuvo más claridad acerca de la necesaria vía socialista para Cuba. Su acercamiento al marxismo fue profundo y de esa familiaridad intelectual, no de la irreverencia, nació un pensamiento revolucionario donde predominaba el Viejo Carlitos, como llamaba al fundador de esa corriente ideológica.

Por eso, también fue el primero en avizorar los problemas del llamado Socialismo Real y no dudó en polemizar acerca de los métodos de construcción de la nueva sociedad.

Un referente revolucionario

Tuvo el Ché que aprender con rapidez sobre Cuba y los cubanos para poder ponerse al servicio de la Revolución triunfante y aportar su particular visión del Socialismo.

Desde aquellos años iniciales, luminosos y tristes, proclamó la colaboración entre todos en la construcción de una sociedad nueva que tenía que partir desde un estado semicolonial.

Como entonces, su aguda mirada crítica, segura y diáfana, se necesita hoy no solo para señalar, sino para trascender la acidez de las palabras y actuar en la solución de los problemas. Porque el Che decía lo que pensaba, pero trabajaba duro por lo que creía y por eso es un referente ético y político que transmite la confianza en hacer posible lo imposible. Ese es el Che que necesitamos.