En 1980 -por decreto gubernamental- se instituyó el 20 de octubre como Día de la Cultura Cubana, por una argumentación histórica.

El 20 de octubre de 1868 tropas insurrectas al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron la ciudad de Bayamo, y el pueblo entonó –por primera vez- La Bayamesa, que después sería Himno Nacional de Cuba.

Su música y poesía patriótica expresaban el espíritu de independencia en eclosión, con su llamado a la insurrección y a la abolición de la esclavitud. 150 años atrás, aquel canto épico -con letra del abogado Perucho Figueredo- sintetizaba un momento crucial en la configuración de la conciencia cubana, expresión genuina de la cultura nacional.

Al combate por la libertad se llamó entonces a los bayameses, pero fue una clarinada patriótica para todos los cubanos.

Cultura de resistencia y crecimiento

Hace hoy 150 años, en la indómita Bayamo, por primera vez se entonó un canto de combate y victoria. Aquel a cuyos acordes, como dijo José Martí, en la hora más bella y solemne de nuestra Patria se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres.

Un himno que sintetizó la rebeldía y ansias libertarias de una nación que definía su identidad, afianzada en sus raíces mestizas. La cultura cubana ha sido expresión de crecimiento espiritual y resistencia frente a lo que intente frenarlo.

Hacer accesible a todos las expresiones del arte y la literatura, es un pilar de la política de la Revolución Cubana.

Pero en estos tiempos en que urge rescatar valores cívicos, se precisan sólidas alianzas para multiplicar la cultura, que es riqueza espiritual, reafirma sentimientos e identidades; hace a la patria invencible.