Fidel Castro extendió su brazo solidario con Perú

La Habana, Cuba. – En la embajada de Perú en La Habana, una gran foto muestra a un joven Fidel Castro distendido sobre una camilla mientras dona sangre.

La imagen recuerda el gesto altruista de unos cien mil cubanos que de manera voluntaria entregaron su sangre en mayo de 1970.

Esas donaciones iban para los damnificados del violento terremoto, de 7,9 grados en la escala abierta de Richter, que dejó más de 80 mil muertos en la región peruana de Ancash.

En aquel momento ambos países no tenían relaciones diplomáticas, pero eso no impidió el envío de varias decenas de médicos. Dos años después, en julio del 72, el gobierno de Velazco Alvarado restableció las relaciones diplomáticas con Cuba y a partir de entonces nuestros médicos volverían a Perú cada vez que hizo falta arrimar el hombro en ayuda de las víctimas de cualquier tipo de desastre natural.

La mano amiga

Cuatro décadas después del terremoto de Ancash, los médicos cubanos agrupados ahora en el contingente Henry Reeve, regresaron a Perú para socorrer a los damnificados del violento sismo en Pisco.

Doscientas 28 mil consultas, 2 mil de ellas cirugías complejas, brindaron los profesionales cubanos, quienes en abril del pasado año tendrían que volver a prestar ayuda a los peruanos.

Los desbordes de los ríos por las cuantiosas lluvias, provocaron graves inundaciones en la región de Piura, y allí estuvo otra vez la Henry Reeve.

La historia más reciente muestra que, a pesar de altibajos en la relación política, la mano solidaria de Cuba siempre ha estado tendida para Perú, una nación geográficamente lejana, pero por cuyas venas corre la sangre de Fidel y de otros varios miles de cubanos.