Cuba y Unión Europea cierran viejas heridas

La Habana, Cuba. – La Unión Europea y Cuba lograron en 2016, por fin, suscribir un Acuerdo de diálogo político y cooperación bilateral.

Ha sido la primera vez que ambas partes llegan a un convenio de ese tipo, después de un largo diferendo provocado por la llamada Posición Común. Esa fue una onerosa política colectiva adoptada en 1996 a instancias del gobierno del español José María Aznar y que puso condiciones a las relaciones del bloque comunitaria con Cuba.

Ya desde 2008, Bruselas venía adecuando su actitud hacia nuestro país, pero llegar al pacto firmado en la primera quincena de diciembre requirió de casi dos años de negociaciones.

Cuba no cedió un ápice en sus principios y la Unión Europea rectificó un acto que La Habana siempre consideró como de marcado carácter injerencista, selectivo y discriminatorio.

Política fracasada

Aunque Cuba era el único país de América Latina con el que la Unión Europea no había suscrito ningún acuerdo, más de la mitad de los 28 estados comunitarios han firmado con La Habana convenios bilaterales de cooperación y memorandos de entendimiento para intercambios políticos.

En la actualidad, esos países europeos, en conjunto, constituyen nuestro segundo socio comercial, por detrás de Venezuela, y están considerados como el principal inversionista y el más importante aportador de fondos para la cooperación.

Europa, que vio desmoronarse poco a poco a la maligna Posición Común, con la firma del Acuerdo con Cuba reconoció de manera tácita el fracaso de una actitud sin sentido, aislacionista y hostil.

Ahora, Bruselas y La Habana están más cerca, gracias al puente tendido en 2016 entre Cuba y la Unión Europea.