Aunque restableció las relaciones diplomáticas, ni siquiera el recién desempleado Obama dejó a un lado una actitud hostil hacia Cuba.

La Habana, Cuba.- No es un secreto para nadie que la administración Trump constituye para Cuba una incógnita y al mismo tiempo un desafío.

Salvo una reciente declaración del vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, el nuevo gobierno estadounidense apenas se ha pronunciado de manera pública sobre su política hacia nuestro país.

No obstante, como nos ha pasado con casi todas las once administraciones precedentes, no hay que ser muy optimista, ni esperar mucho más que con los gobiernos anteriores.

Aunque restableció las relaciones diplomáticas con La Habana, ni siquiera el recién desempleado Obama dejó a un lado una actitud hostil hacia Cuba.

El anterior presidente norteamericano hasta confesó que el cambio de política solo era otra manera de alcanzar los mismos viejos objetivos: liquidar a la Revolución Cubana.

 Revisar lo pendiente

 “La administración de Donald Trump está realizando una revisión completa de todas las políticas de Estados Unidos hacia Cuba”, dijo hace un par de semanas el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer.

Esa ha sido hasta el momento el único pronunciamiento sobre nuestro país del nuevo gobierno, aunque matizado por la aclaración del portavoz de que esa revisión tenía como enfoque principal a los derechos humanos.

Hasta el momento no hay más nada, al parecer porque la administración norteamericana tiene bastante lío con las controvertidas propuestas del presidente y el airado rechazo dentro y fuera de Estados Unidos.

No obstante, si algo hay que revisar es el fin del bloqueo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el cese de las políticas lesivas a nuestra soberanía, temas aún pendientes entre Cuba y Estados Unidos.