Rendir cuenta es un acto de respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Quienes lo hacen, como mínimo, demuestran valentía y transparencia, porque casi siempre no tienen nada de que abochornarse.

Eso mismo es lo que sucede con Cuba, que hoy se presentará, por tercera vez en menos de una década, ante el Examen Periódico Universal de Derechos Humanos.

El Consejo de Derechos Humanos, un mecanismo de Naciones Unidas con sede en Ginebra, escuchará el informe cubano que por cierto es público desde ayer.

Son 74 páginas en español, inglés y francés que recogen todo lo hecho desde la presentación anterior, en mayo de 2013, hasta la fecha.

El primer acápite es una certera declaración de principios al afirmar que la protección del derecho a la vida de todos los cubanos se mantiene como una alta prioridad del país.

Cuba coopera

Politizados, tergiversados, manipulados… los derechos humanos han sido un asunto complejo que casi siempre se puso bajo el lente de los más ricos.

Por eso mismo despareció la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, ahogada en el descrédito y a cuya desintegración en 2006 solo se opusieron Estados Unidos, Israel, Palaus e Islas Marshall, una lista muy familiar para los cubanos.

Lo cierto es que ahora, con la constitución del Consejo, las cosas se acercan un poco más a la objetividad y al menos el sesgo político es menos visible.

Cuba, que no tiene nada que ocultar, mantiene una cooperación estrecha con esa institución de cuya directiva ha formado parte en tres ocasiones.

En ese espíritu de cooperación, otra vez presentamos la limpia ejecutoria de un proyecto social erigido con todos y para el bien de todos.