Alicia Alonso deja como legado al Ballet Nacional de Cuba

La Habana, Cuba. – Medios de prensa del mundo entero se hacen eco de la noticia. Hasta líderes políticos expresan su pesar.  En las redes sociales se multiplican de manera impresionante opiniones de conocedores del arte de ballet, y sobre todo de gente común.

Muchos ni llegaron a verla en escena, pero comparten fotografías de la excelsa bailarina y videos de sus memorables interpretaciones.

Alicia Alonso, estrella en la tierra, brilla desde ahora en ese universo cuyos misterios siempre la sedujeron. Es símbolo. Es leyenda. Es cumbre.

Quiso vivir 200 años para poder dar todo lo que llevaba dentro de ella. Pero fue suficiente el tiempo que vivió, para cumplir con creces con sus sueños. A Cuba le duele la ausencia física de su artista más grande, aclamada en los escenarios más exigentes y que convirtió en mítico un personaje como Giselle. Tal fue su dominio del estilo.

Maestra por siempre

Alicia Alonso nos deja su arte sublime, su don de maestra, su perseverancia, su fidelidad a este pueblo, a esta tierra. Si la escena fue testigo de su permanente búsqueda de la perfección, los salones de ensayo del Ballet Nacional de Cuba conocieron de su magisterio insuperable.

Para los jóvenes bailarines, e incluso los ya consagrados, será por siempre referente. A Alicia la vida le impuso pruebas muy duras. Todas las venció.

Hizo florecer el sueño de que Cuba tuviera una compañía de ballet del más alto nivel profesional, nutrida en la cantera de las escuelas de arte fundadas por la Revolución.

Es uno de los pilares que sustentan la escuela cubana de ballet,y para quienes continuarán sosteniendo esa obra será enorme la responsabilidad de preservarla y hacerla crecer aún más.

Con emoción, despidamos a la genial artista. ¡¡¡Bravo, Alicia!!!