Parecería que el llamado Continente Negro sería una víctima escandalosa de la actual pandemia que azota al mundo.

Sin embargo, los 55 estados miembros de la Unión Africana han tenido una tasa sorprendentemente baja de contagiados y muertos, en comparación con la población total y con otras zonas del planeta.

Pero por detrás de esos números sigue latente el sombrío pronóstico la Organización Mundial de la Salud, que vaticinó 190 mil muertes africanas en los próximos 12 meses meses.

Hay que tener en cuenta que ese continente, el segundo más poblado del mundo con mil 300 millones de habitantes, tiene un sistema sanitario muy frágil, que es casi inexistente en algunos países.

Por eso, resulta muy difícil llevar un conteo preciso de los contagiados e incluso de los decesos.

Epidemias y pobreza

Repartido a capricho entre las potencias occidentales, expoliado y después abandonado a su suerte, el continente africano ha sido sacudido de manera sistemática por graves epidemias.

Malaria, tuberculosis, cólera, VIHy ébola han dejado una cruenta huella en ese territorio, considerado como el más pobre del planeta. Ahora, la adopción de medidas de aislamiento más o menos estrictas, que provocan una severa contracción económica, hunde más a los africanos en el pozo sin fin de la pobreza y aleja el horizonte de la prosperidad.

Es una realidad dura que ensombrece hoy las celebraciones por el Día de África a pesar del lento crecimiento de los contagiados con COVID-19.

Ese pausado aumento solo esconde la seria amenaza con que vive ese Continente en estos tiempos de pandemia.