Manatí corre peligro de desaparecer en Cuba

Serie “Con Vida” dedicada a temas de protección al medio ambiente

Ciénaga de Zapata, Cuba. – Cuando el mundo conmemora hoy el Día Intermacional de la Biodiversidad Biológica, en Cuba existe una especie que lanza un S.O.S para su salvación ante los peligros que la acechan y que pueden hacerla desaparecer en el futuro.

Aseguran algunos que al ver algunas ejemplares hembras que amantaban a sus crías, Cristóbal Colón creyó haber visto sirenas, enigmático personaje mitológico que ha traspaso la frontera del tiempo como un símbolo de la mujer pez.

Si realmente la anécdota del navegante es cierta, lo más probable es que lo avistado fueran manatíes, animales muy comunes en la desembocadura de ríos y presentes en varios puntos de la costa cubana.

Manatí

Los manatíes, son mamíferos acuáticos que pasan toda su vida en el agua, poseen pelos aislados por su cuerpo, tienen una cola en forma de remo que les permite moverse, presentan extremidades anteriores que las utilizan para conducirse al nadar y en la alimentación. Sus ojos son pequeños, no tienen oídos externos, pero pueden oír muy bien.

Descansan flotando cerca de la superficie del agua o acostándose en el fondo, pudiendo aguantar la respiración por alrededor de 20 minutos, aunque generalmente salen a respirar cada 3 a 5 minutos.

El manatí pertenece a la familia biológica conocida como Sirenia, hay cuatro tipos de sirénidos: El Dugón, el manatí antillano, el manatí de África occidental y el manatí del Amazonas. Existió otro tipo llamado vaca marina de Steller, pero fue cazado indiscriminadamente y se extinguió   hace cerca de 230 años.

Generalmente los sirénidos paren una sola cría cada 3 a 5 años, el período de gestación es de 13 meses. Su baja fecundidad es por si una seria amenaza. Una vez nacida, la cría nada inmediatamente y sale a la superficie del agua en busca de aire, los jóvenes manatíes se alimentan de la leche materna que obtienen de las mamas de la madre que se encuentran bajo sus aletas y permanece con su madre hasta por dos años.

Son herbívoros, pasan la mayor parte del día alimentándose y antes del invierno consumen más alimentos pues necesitan tener energía suficiente para mantener la temperatura corporal en aguas más frías.

Su comportamiento social se marca por no ser posesivos acerca del territorio, no son agresivos ni se pelean entre sí, se les cataloga como animales gentiles por no tener enemigos naturales en un medio acuático, forman grupos independiente del sexo o edad, no tienen un líder ni estructura definida y por lo general son silenciosos, pero pueden hacer chillidos para comunicar miedo, contentura o mantener el contacto mientras viajan.

Ciénaga de Zapata, un hábitat con amenazas

En la Reserva de la Biosfera Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas existen dos núcleos de poblaciones de estos animales, una en la Ensenada de la Broa, cerca de la desembocadura del río Hatiguanico y otra introducida por el hombre y establecida en la Laguna del Tesoro, pero es frecuente observarlos lejos de esos puntos, aguas adentro del río Hatiguanico y en lagunas costeras que bordean la Bahía de Cochinos.

El manatí es hoy una especie amenazada, como asegura el biólogo Andrés Hurtado, científico que lleva años estudiando y promoviendo acciones para su cuidado y preservación en la Ciénaga de Zapata.

Especialista del Centro de Ictofauna ubicado en las márgenes del llamado Canal de los Patos, indica que los manatíes hoy son amenazados por varios factores, en su mayoría provocados por la acción del hombre.


El uso de los espacios donde viven los manatíes por cazadores furtivos y para actividades productivas o recreativa como la pesca y el turismo sin adoptarse medidas preventivas, origina el maltrato del hábitat y de los animales ocasionándoles heridas y golpes por las embarcaciones y medios de pesca que le pueden causar la muerte.; contaminan el medio provocando la muerte a la vegetación de la que se alimenta el manatí y facilita la caza ilegal por personas inescrupulosas con fines de lucro.
Cada año un mayor número de personas interactúa con el hábitat del manatí, los que tienen cada vez menos espacio donde vivir y alimentarse, la pérdida de hábitat es una amenaza mayor para la supervivencia futura de esta especie.

El desarrollo en los últimos tiempos del trabajo por cuenta propia, con la apertura de paladares, cafeterías y otros puntos de venta ha provocado un incremento en la caza ilegal de estos animales, algo que ya preocupa a los ambientalistas.

Las múltiples amenazas que cada día enfrentan esos animales en la Ciénaga de Zapata, hace más difícil observar un manatí en aguas de esa Reserva de la Biosfera.

Felipe Rodríguez Alonso es quizás una de las personas que más ha recorrido el río Hatiguanico. Desde su labor como guía de pesca lleva años sobre esas aguas que corren partiendo la Ciénaga de Zapata en dos mitades hasta desembocar por la Ensenada de la Broa en el golfo de Batábano.

Este río era el reino de la biajaca criolla, los manjuaríes y el manatí, pero cuando la claria se introdujo de manera accidental todo se transformó – asegura Felipe -, en pocos meses desaparecieron las biajacas, las ranas toros, los nenúfares, después toda la vegetación, los caracoles pequeños, los guajacones, las algas, la claria casi arrasa con la vida del río.

La acción de conservación de los especialistas del Parque Nacional Ciénaga de Zapata ha permitido ir revirtiendo ese escenario.

Más de 700 ejemplares de manjuaríes han sido liberados en el Hatiguanico lo que asegura la reproducción y existencia del animal en esas aguas, un número menor de manatíes también se han liberado, mientras pequeñas crías de manatíes se observan en las cercanías de la desembocadura del río, indicando una revitalización de la especie y su reproducción.

Poblaciones del manjuarí y el manatí se localizan en las aguas del Hatiguanico

Presente en varios puntos de la geografía cubana, el manatí hoy concentra la atención de muchos especialistas quienes promueven acciones para su cuidado y preservación.

Estudios científicos indican que en los últimos años en Cuba el número de ejemplares se redujo de manera alarmante, por lo que está en peligro de desaparecer completamente como la vaca marina de Steller, desgracia que solo es posible evitar con la acción de los hombres.