Cuba recuerda a Celia Sánchez en su centenario

La Habana, Cuba. – Como afirmara Armando Hart: quienes quieran saber el sentimiento humano que alberga un corazón comunista, quienes deseen conocer la sensibilidad humanista que hay en el corazón de los revolucionarios cubanos, debe estudiar la vida de Celia.

Esa caracterización retrata, de cuerpo entero, a la heroína de la Sierra Maestra Celia Sánchez Manduley. No solo fue artífice imprescindible en múltliples tareas en los montes orientales y guerrillera destacada que en el combate de El Uvero dio muestras de fortaleza frente al enemigo.

En la Revolución, entre otras responsabilidades en el Gobierno, fue diputada a la Asamblea Nacional por Manzanillo, cargo que le facilitó concretar múltiples proyectos sociales para el disfrute de los pobladores de las provincias orientales como el Gran Parque Nacional Sierra Maestra.

Celia y su presencia

Enorme fue la contribución de Celia Sánchez a obras para la recreación y la cultura del pueblo. Destacan las cabañas en el Parque La Güira y el Campamento Cinco de Mayo para jóvenes extranjeros en la Sierra del Rosario, ambos en Pinar del Río.

A los habaneros dejó un recuerdo imperecedero con la Ciudad de los Pioneros José Martí, de Tarará, el Parque Lenin, el Coppelia, el Parque Zoológico Nacional, el bar-restorán El Cochinito y la Escuela Lenin.

El Palacio de Convenciones, su gran obra, se inauguró en 1979 con la VI Conferencia Cumbre de los No Alineados.

También contaron con el aporte de Celia, en medio de múltipleas tareas sin escatimar esfuerzos, la construcción de los hoteles Mar Azul, en la capital, y Pasacaballos, en Cienfuegos, y Marea del Portillo y Guardalavaca en el oriente cubano.