Buenos Aires, Argentina.- Medios de prensa de todo el mundo acaban de anunciar que el exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, sufrió un infarto en su casa y falleció este miércoles a los 60 años.

El ex astro del Fútbol mundial considerado por muchos el mejor jugador de toda la Historia, se recuperaba de una operación realizada días atrás después de un hematoma subdural en la cabeza.

Maradona, un ídolo dentro y fuera de las canchas de fútbol, siempre se identificó con las causas sociales más justas y con los más humildes, fue un gran amigo de Cuba y de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, a quien calificó como El más grande de la historia.

El Pelusa, como lo apodaba la afición, combatió las injusticias en cualquier faceta, fue un duro crítico del gobierno de Macri, y también denunció sin cesar al imperialismo estadounidense y el bloqueo contra nuestro país en cualquier lugar donde estuviera.

Adiós al ex-astro del fútbol mundial

El gran Diego Armando Maradona, quien luchó por su vida hasta su último aliento, así como en el terreno donde tanta alegría regaló, falleció este miércoles a los 60 años de edad tras sufrir un infarto cardíaco.

Como paradoja del destino, Maradona dijo adiós el mismo día 4 años después de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a quién consideraba un padre.

El Gobierno argentino decretó a partir de hoy, tres días de duelo nacional tras el anuncio de la muerte de quien era reconocido por la afición como El Pelusa, La mano de dios, El Diez, El Diego de la gente.

En su cuenta de Twitter, el mandatario de la nación austral, Alberto Fernández, publicó una serie de tuits sobre Diego Armando Maradona con sentidas palabras de agradecimiento: Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido, Diego. Nos hiciste inmensamente feliz. Te vamos a extrañar toda la vida.

La historia ha querido que partan el mismo día

A Diego Armando Maradona y Fidel Castro Ruz los separaban 34 años, cuando el astro del fútbol nació, ya el líder cubano comandaba una Revolución triunfante, una diferencia que no impidió la amistad entre ambos.  

Se conocieron en 1987, cuando Maradona fue invitado a recibir en Cuba el premio al mejor deportista latinoamericano del año.

Quienes estuvieron cerca de ambos, afirman que podían pasarse largas horas conversando de fútbol y política, pese a que el dirigente cubano era un apasionado del béisbol, deporte nacional en la Isla.

Resulta entonces un guiño al destino que el autor de La Mano de Dios se despida hoy de su gente cuatro años después de la desaparición física del hombre a quien admiró y quiso, quien le salvó la vida en uno de los momentos más duros de su carrera y a quien consideraba un padre.