Sol, playa, diversión, descanso…sin dudas esas son características de Varadero cada verano, cuando se convierte en el más concurrido de los puntos turísticos del país, pero detrás de esa apariencia de relajación hay quienes no dejan de trabajar.

En ese sentido es un buen ejemplo la cooperativa no agropecuaria Decorarte, convertida en menos de cuatro años en una de las más exitosas del país y la única dedicada al diseño, la decoración y el interiorismo.

“Nunca pensé que llegaríamos adonde estamos”, dice el presidente de Decorarte, Ariel Balmaseda, un hombre de 50 años y una larga experiencia laboral vinculada al periodismo, la fotografía, la música y el diseño.

En una oficina de un céntrico edificio de Varadero, Balmaseda, quien junto a otros cuatro amigos fundó la cooperativa en septiembre de 2013, cuenta, entre admirado y orgulloso, la evolución de esa entidad que tiene ahora 35 socios, unos 500 clientes en todo el país y cerró 2016 con una facturación de 43 millones de pesos.

Decorarte acomete la restauración de la antigua Casa Dupont, en Varadero. Foto Joaquín Hernádnez

El inquieto emprendedor, que es todo nervio y empuje, reconoce que el camino andado no ha sido fácil y ha tenido que superar innumerables escollos en un país acostumbrado a que todo se moviera bajo el paraguas estatal hasta que el proceso de actualización del modelo económico comenzó a cambiar el panorama y las mentalidades.

“Caminando, rompiendo barreras, abriendo puertas, saltando obstáculos que obviamente trajo el inicio de este proyecto”, explica al rememorar aquellos primeros tiempos cargados de incomprensiones y trabas burocráticas.

En ese sentido, recuerda los difíciles meses iniciales, cuando los ingresos eran bajos y tuvieron que trabajar muy duro para consolidarse en el éxito empresarial.

“El primer año cerramos con diez millones 500 mil pesos. Ya en el segundo a partir de la adquisición de nuevos equipamientos y de elevar mucho la creatividad y profesionalidad de los socios, cerramos con 29,7 millones y el año pasado con 43 millones”, detalla los resultados económicos.

Decorarte, entre cuyos socios predominan los jóvenes y las mujeres, ha sido muy celosa en el cumplimiento de sus deberes fiscales y en el pago de los créditos bancarios con los que operan.

“Hemos definido que somos una entidad no estatal y que el rector principal de la cooperativa es el fisco y no se puede violar el fisco”, asevera el emprendedor quien además confirma el compromiso del ese colectivo con la comunidad.

Por eso, uno de los proyectos en marcha por Decorarte es la renovación de las aceras de Varadero, una idea que busca la reanimación estética y el cambio de imagen del principal destino turístico de Cuba.

En un tramo de una de las avenidas principales de la localidad, frente a la Casa del Habano, la cooperativa cambió las aceras, rediseñó un parque e hizo una hermosa pérgola con asientos para el paseante.

Decorarte posee una tecnología digital de alto estándar. Foto Joaquín Hernández

Ese es solo el primer paso del más ambicioso proyecto de transformar las cuadras de Varadero para darle un carácter particular a cada una, a partir de diseños diferentes en las aceras.

Y como si fuera poco, también remodelan la Mansión Xanadú, un inmueble patrimonial, que en la actualidad es Casa Club del Campo de Golf de Varadero y que fuera residencia del multimillonario franco-estadounidense Irénee Dupont De Nemours.

Los expertos artesanos de Decorarte trabajan ahora en la restauración de la carpintería interior y exterior y del mobiliario, aunque está prevista más adelante una restauración capital del techo del inmueble.

Sin embargo, las obras de construcción civil son apenas el diez por ciento de la actividad de la cooperativa, que además diseña y ejecuta mobiliarios, luminarias, marquetería y decoración, así como emprende trabajos en materia gráfica y de personalización de artículos.

Decorarte posee una tecnología digital de alto estándar que le permite mantenerse a tono con las demandas del mercado e imprimir casi sobre cualquier material en pequeño o gran formatos.

En otra muestra de diversificación productiva, ahora se empeñan en sacar adelante la marca Gaby & Sofi, una línea de productos infantiles de cero a 12 años de edad, que incluye desde la ropa hasta el mobiliario, todo diseñado para generar en los infantes valores positivos como la no violencia, el amor a la Patria o el gusto por la música.

“Estamos trabajando un concepto que va más allá de vender una simple mercancía. Trabajamos un producto que lleva un mensaje que genera en los niños la creación de valores espirituales y humanos”, explica Balmaseda.

La marca infantil Gaby y Sofi es el próximo proyecto de la cooperativba. Foto Joaquín Hernández

Como debajo de la piel del exitoso empresario palpita un artista comprometido, Balmaseda sueña con lograr que esos productos infantiles, “lleguen a cada rincón de Cuba donde habite un niño”.

Decorarte, un empeño que nació sin muchas pretensiones, es hoy una entidad que ha mejorado la vida de los socios y sus familias, pero que sobre todo demuestra que las incipientes cooperativas no agropecuarias son un elemento con posibilidades de dinamizar a la economía cubana.