La Plaza de Mayo es sitio de obligado encuentro en Buenos Aires. Foto del autor

La Plaza de Mayo es sitio de obligado encuentro en Buenos Aires. Foto del autor

El español Juan de Juan de Garay plantó el símbolo fundacional de Buenos Aires en lo que a partir del 11 de junio de 1580 sería la Plaza Mayor de la ciudad, conocida hoy, más de cuatro siglos después, como la Plaza de Mayo, el escenario de cuanto suceso importante ha tenido lugar en la Argentina moderna.

Las casi dos hectáreas que ocupa la Plaza están flanqueadas por importantes inmuebles como la Casa Rosada, sede del gobierno; la Catedral Metropolitana, que guarda los restos del Libertador José de San Martín; y la casa central del Banco de la Nación.

Punto de obligado encuentro, en su centro sobresale el primer monumento patrio que tuvo la ciudad, la Pirámide de Mayo, erigida en abril de 1811 para celebrar el aniversario de la llamada Revolución de Mayo y actualmente sometida a un complicado proceso de restauración.

Según los historiadores, solo la Declaración de Independencia y las batallas por alcanzarlas no han tenido lugar en esta Plaza que cobró mayor notoriedad internacional a partir de abril de 1977, cuando las Madres de la Plaza de Mayo comenzaron su ronda de cada jueves para demandar juicios contra los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar.

La Pirámide de Mayo es sometida a un complicado proceso de restauración. Foto del autor

La Pirámide de Mayo es sometida a restauración. Foto del autor

Hebe de Bonafini, con 88 años, es la cabeza visible de las Madres. Foto del autor

Hebe de Bonafini es la cabeza visible de las Madres. Foto del autor

Las madres, que ahora tienen un promedio de edad cercano a los 80 años, volvieron a la Plaza el 10 de diciembre de 2015, el mismo día que asumió el poder Mauricio Macri para reanudar las marchas que habían suspendido durante los gobiernos kirchneristas, considerados por ellas como aliados políticos.

 

Cada jueves, sin importar que haya frío, lluvia o calor, a las tres y media de la tarde, las Madres de la Plaza de Mayo encabezadas por la incombustible Hebe de Bonafini, salen a hacer un recorrido, que las ha convertido en un símbolo de resistencia.

El grupo, que reivindica su existencia como organización política sin partido, no se ha quedado en las marchas semanales, sino que ha sido capaz de constituir una café literario, una librería, la Universidad Popular Madres de la Plaza de Mayo y Radio La Voz de las Madres, entidades que tratan de salvaguardar el ideario de los hijos desaparecidos.

En un ala de la Plaza, desde hace ocho años acampa un grupo de ex militares que reclaman ser reconocidos como veteranos de la Guerra de Las Malvinas, aunque no llegaron a combatir en las islas cuya soberanía Argentina reivindica sobre Gran Bretaña.

“Reconocimiento ya”, proclama una larga tela colocada sobre el lateral sur de la plaza como grito de protesta de quienes cumplieron funciones de defensa y vigilancia en bases militares de la costa patagónica, agrupados ahora en la Asociación Civil TOAS, siglas de Teatro de Operaciones del Atlántico Sur en territorio continental argentino.

Ex militares piden el reconocimiento como veteranos de la Guerra de Las Malvinas. Foto del autor

Ex militares piden el reconocimiento como veteranos de Guerra. Foto del autor

Ellos argumentan que merecen el reconocimiento oficial pues fueron movilizados durante la guerra, aunque el escenario del conflicto fueron las islas, el espacio aéreo naval circundante y una franja de la costa de sur, que fue donde se emplazaron los aeropuertos militares para atacar a la flota británica.

El gobierno de Raúl Alfonsín, que estuvo en el poder de 1983 al 89, decidió por decreto quienes eran los veteranos beneficiados, sin tener en cuenta que estos hombres, casi todos hoy cincuentenarios, sufrieron en territorio continental los mismos rigores de la campaña militar en las islas, de la que en abril próximo se cumplirán 35 años.

Los ex soldados hacen guardias rotativas en la carpa de la Plaza, donde juegan cartas y toman el sempiterno mate para hacer pasar el tiempo, pero también explican a quien quiere escucharlos las razones por las que están en ese lugar.

Ellos, como las combativas Madres o los anónimos participantes en los cientos de manifestaciones que han tenido lugar allí, hacen de manera diferente que la Plaza de Mayo sea hoy el sitio más visible de Buenos Aires.

La protesta de los ex militares es una “herida abierta” para la sociedad argentina. Foto del autor

La protesta son una “herida abierta” para argentina. Foto del autor

Foto 4-Las Madres de la Plaza de Mayo salen cada jueves a manifestarse. Foto del autor

Las Madres salen cada jueves a manifestarse. Foto del autor