Trump defiende un patriotismo enfermo

La Habana, Cuba. – Hace solo ocho meses que Donald Trump se sienta en el Despacho Oval de la Casa Blanca, pero parece una eternidad entre tanto disparate y bravata.

Cada vez que recurre a la red social Twitter, el presidente de Estados Unidos desata un verdadero terremoto político.

Ahora la bronca de Trump es con los deportistas, después de criticar ácidamente a un grupo de jugadores de futbol americano, quienes se arrodillan cada vez que escuchan el himno al inicio de los juegos.

Esa es la particular manera con que protestan por la violencia policial contra las personas negras. Pero Trump arremetió contra ellos y pidió que los expulsaran de los equipos, al considerar la protesta como una falta de respeto.

Lejos de apagar la hoguera, el fuego se acentuó y las llamas se propagaron al baloncesto masculino y también hay chispas en el béisbol.

Retórica racista

Bajo un falso patriotismo, que es casi una bandera para Trump, se esconde la mano peluda del racismo.

Recordemos que durante la campaña electoral, el actual presidente atacó a los mexicanos, a los que calificó como violadores y narcotraficantes. Después a emigrantes, refugiados y ciudadanos de seis países de mayoría musulmana.

Protestas de jugadores negros se extiende por Estados Unidos

Esa retórica, que es música celestial para los blancos de clase media trabajadora, ha hecho que ahora los deportistas protesten no solo por la violencia policial, sino además por la actitud presidencial.

Es cierto que al himno y la bandera hay que respetarlos, pero también es cierto, como dijera el iniciador de la protesta, que es difícil honrar los símbolos de un país que oprime a los negros. Por eso, la reacción de Trump avivó un problema y dividió aún más a una nación que anda ahora entre el patriotismo y el racismo.

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