La Habana, Cuba. – La Estrategia económica y social que por estos días impulsa el gobierno, aunque está diseñada para todos los sectores, pone en el centro del escenario a la Empresa estatal socialista, esa que la Constitución reconoce como principal actor nacional.

Claro, que la vida ha demostrado que las regulaciones por si mismas no significan un cambio en los modos de hacer o en la eficiencia, pero siempre trazan un camino por el que ahora deben andar directivos y trabajadores.

Desde hace varios años, el gobierno viene rompiendo los nudos para desatar las manos de las empresas estatales, que son las que en definitiva deciden el juego, usando un socorrido símil deportivo.

Esas medidas avanzan con mayor o menor celeridad y efectividad desde entonces, aunque han saneado el ecosistema nacional, pero a ese perfeccionamiento le quedan reservas por explotar.

Buscar caminos

Al perfeccionamiento empresarial no le basta con la voluntad política o las normas jurídicas, si directivos y trabajadores no conocen las posibilidades que tienen.

Poco variará el panorama si continúa el desconocimiento de todo lo que se puede hacer y de todo lo que pueden ganar.

Los empresarios, con la ayuda de los sindicatos, tienen la obligación de utilizar ahora las herramientas que tanto han pedido y que amplían las facultades productivas, comerciales y salariales.

Hay que aprender rápido porque seguro vendrán nuevas facilidades en la búsqueda de caminos para escapar de los efectos combinados del bloqueo, la pandemia y el complejo entorno internacional.