Los emprendedores privados en Cuba reciben el impacto del bloqueo

La Habana, Cuba. – Aunque Estados Unidos lo niegue y hasta se haga el bobo, el bloqueo es una realidad que afecta la cotidianidad de 11 millones de cubanos.

Nadie, absolutamente nadie, escapa a los efectos de un cerco que nació hace más de medio siglo, pero que se ha arreciado con la llegada de la Administración Trump a la Casa Blanca.

Las cifras hablan por si solas, pues las pérdidas acumuladas superan los 138 mil 843 millones de dólares.

En ese contexto, los emprendedores privados, a quienes aquí llamamos cuentapropistas, sufren daños que van más allá del día a día. Tomemos por caso los arrendadores de habitaciones, quienes con la disminución de los viajes desde Estados Unidos, han registrado una sensible caída de alojamientos con la consiguiente disminución de los ingresos.

Bloqueo contra todos

Pero no han sido solo los arrendadores de habitaciones quienes han sentido el impacto del apretón que ha dado Trump al cerco contra Cuba.

Todos los privados vinculados al turismo han recibido el golpe, hasta los humildes dueños de los bicitaxis de Cienfuegos, quienes al dejar de llegar los cruceros perdieron una importante fuente de ingresos.

Pero las trabas también dañan a muchos artesanos, quienes se las ven negras para adquirir materias primas por la falta de un mercado mayorista y la imposibilidad del país de importar lo necesario.

Es esa una carambola maligna que daña al mismo tiempo, y sin distingo, tanto a las instituciones estatales como a los emprendedores. Por eso, decir que el bloqueo está dirigido contra el gobierno cubano, es, como mínimo, una soberana hipocresía.