La Habana, Cuba.- No fue casual que el primer número del periódico Patria, que vio la luz el 14 de marzo de 1892, publicara las bases del Partido Revolucionario Cubano, nacido casi un mes después.

Esa organización política, tejida por José Martí con las agujas de la unidad y la paciencia de un orfebre, llegó para hacer realidad la independencia de Cuba y Puerto Rico, un empeño que necesitó no solo de voluntad combativa, sino además de munición ideológica para la guerra que se preparaba.

El Apóstol, que en su época vio más lejos que nadie, publicó entonces en el número inicial un artículo en el que detalló el objetivo del semanario. “Nace este periódico, a la hora del peligro, para velar por la libertad, para contribuir a que sus fuerzas sean invencibles por la unión, y para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden”, escribió Martí.

El desafío del periodismo cubano

Heredera de aquella tradición revolucionaria y martiana, la prensa de la Cuba de hoy está llamada a informar, detallar, explicar el complicado proceso de restructuración que vive el país.

Un sistema de medios extendido por toda la nación, con capacidad suficiente para llegar hasta el último rincón de la geografía nacional, no puede menos que acompañar la dura tarea de alcanzar una sociedad socialista, próspera y sostenible.

En un contexto nuevo, lleno de complejidades de todo tipo, hay que diseccionar el tema de actualidad, apelar a las fuentes y datos más precisos, y recurrir a la palabra seductora para transmitir ideas y argumentos a quienes están empeñados en erigir una obra colectiva.

En ese objetivo aún inalcanzado, la prensa cubana tiene en Martí y en Patria, no solo la raíz, sino además el tronco y el follaje.